La UE está considerando la posible confiscación de unos 280.000 millones de dólares en activos congelados pertenecientes al Banco Central de Rusia en vista de una posible reducción de la ayuda de los EE.UU. Se está debatiendo la posibilidad de utilizar estos activos como garantía para establecer una Comisión Internacional de Reclamaciones, que evaluará la compensación por los daños de guerra de Ucrania. Si Moscú se niega a pagar los daños, estos activos podrían ser confiscados.
Sin embargo, Alemania, Francia y el Banco Central Europeo están en contra de la confiscación, preocupados por las ramificaciones legales y por cómo la medida podría afectar a la posición internacional del euro. La UE pretende iniciar conversaciones sobre la formación de una Comisión Internacional el 24 de marzo, y el asunto también se abordará en una reunión de ministros de Asuntos Exteriores el 24 de febrero.
Sin embargo, Rusia podría estar abierta a utilizar los activos soberanos congelados en Europa para ayudar a reconstruir Ucrania, aunque exigirá que una parte de los fondos se destine a los territorios ucranianos que actualmente están bajo control ruso. El apoyo a esta idea podría reflejar los compromisos que Rusia está dispuesta a considerar.