Según un informe del Centro para el Estudio de la Democracia (CSD), de enero a agosto de 2024 la UE compró casi un 20% más de combustible de tres importantes refinerías indias que utilizan petróleo ruso que el año pasado. Esto a pesar de los intentos de la UE de imponer un tope de precio de 60 dólares por barril y prohibir las importaciones directas de crudo ruso al bloque.
Las lagunas en la prohibición del petróleo se dejaron abiertas deliberadamente, ya que el G7 temía un fuerte aumento de los precios de la energía. India ha explotado con éxito estas lagunas para convertirse en el mayor comprador de petróleo ruso, aumentando sus importaciones en un 13% interanual en los primeros ocho meses de 2024 a 27 mil millones de euros. Mientras tanto, 41,1 millones de toneladas (72%) de petróleo ruso importado a la India llegaron en petroleros clandestinos con un seguro cuestionable.
Para reducir los ingresos del Kremlin por petróleo y gas, la UE debería prohibir las importaciones de productos petrolíferos de refinerías de terceros países como India, Turquía y los Emiratos Árabes Unidos.