La sequía en la región del Mar Negro, especialmente en Ucrania, ha ralentizado la siembra de los cultivos de invierno, que constituyen una parte importante de la producción de cereales del país. Según los expertos del sector, esto complica aún más los problemas a los que se enfrentan los agricultores durante la guerra.
Aunque los precios del trigo están ahora muy por debajo de su pico tras la invasión rusa de Ucrania en 2022, han aumentado en las últimas semanas en parte debido a los problemas de suministro del Mar Negro.
La producción de trigo de Ucrania es aproximadamente un 33% inferior a los niveles de antes de la guerra, tras perder tierras por la invasión rusa. Debido al clima extremadamente caluroso, se prevé una reducción de la superficie cultivada con colza en Ucrania, pero el trigo y la cebada se verán menos afectados.
Además, las regiones ucranianas que ahora están ocupadas por la Federación Rusa eran grandes productoras de productos agrícolas. Los agricultores de otras partes de Ucrania tienen que trabajar en campos contaminados por minas y municiones y hacer frente a la escasez de mano de obra derivada de la movilización.