El primer lote de cazas F-16 llegará a Ucrania a finales de septiembre, lo que significa que no participarán en la contraofensiva. Sin embargo, la decisión tomada por el presidente estadounidense Joe Biden en vísperas de la cumbre del G7 en mayo sigue siendo de gran importancia ahora.
Como explica The Economist, el Pentágono no permitió la transferencia de aviones F-16 a Kiev durante mucho tiempo por dos razones. Primero, se creía que los ucranianos necesitaban 18 meses para estudiar su operación y mantenimiento. La segunda es que Rusia lo consideraría una escalada.
Pero dos factores cambiaron la posición estadounidense. El primero es la presión de sus aliados. El segundo es un cambio en los objetivos militares dentro de la administración Biden. Ahora quieren que Ucrania derrote a Rusia y no solo evitar que la Federación Rusa gane la delantera.
Además, el presidente de EE. UU., Joe Biden, se reunirá con los primeros ministros de Gran Bretaña y Dinamarca en Washington esta semana para discutir el suministro de aviones de combate F-16 a Ucrania.