En medio de las discusiones sobre un posible fin de la guerra en Ucrania, los funcionarios europeos están empezando a contemplar la reanudación de las compras de gas ruso. The Economist señala que algunos funcionarios ya están «observando con entusiasmo el gas ruso», ya que las facturas de electricidad más bajas podrían revivir una «industria europea moribunda» y proporcionar alivio a los hogares.
Según Goldman Sachs, el fin de la guerra en Ucrania podría aumentar el PIB de Europa en un 0,5%, principalmente debido al gas natural más barato. Los defensores de este enfoque también creen que la reanudación de las compras de gas a Rusia obligaría a Putin a cumplir los acuerdos alcanzados durante las negociaciones de paz. Esta iniciativa cuenta con el apoyo de Alemania, Hungría y varios otros países de la UE.
Sin embargo, ha provocado un fuerte descontento en Bruselas y entre los representantes de las naciones de Europa del Este. Oficialmente, la UE pretende eliminar por completo las importaciones de gas y petróleo rusos para 2027. Los suministros a través de gasoductos clave ya se han reducido significativamente. Actualmente, la participación del gas ruso en las importaciones de la UE es solo del 10%, frente al 45% en 2021.