A principios de este año, el sector energético occidental comenzó a considerar cómo podría regresar con cautela a Rusia si se alcanza la paz en Ucrania. Debido a la caída de los precios del petróleo, los buques griegos transportaron el 26% del petróleo ruso en abril y, en marzo, representaron el 30%, un 100% más que su cuota de mercado en 2024. El transporte de petróleo ruso sigue siendo legal bajo las sanciones occidentales, siempre que el precio se mantenga por debajo de los 60 dólares por barril.
Las acciones de los armadores griegos también reflejan la mejora de las relaciones entre Estados Unidos y Rusia desde que el presidente Trump asumió el cargo. Sin embargo, las recientes críticas de Trump a Putin, en particular su advertencia sobre nuevas sanciones, ponen de manifiesto por qué muchas empresas occidentales se muestran reticentes a reanudar sus operaciones en Rusia. Las navieras griegas poseen en conjunto la mayor flota de petroleros del mundo, lo que les otorga una considerable influencia sobre el mercado petrolero.
Mientras tanto, la OPEP+ ha acordado aumentar la producción diaria de petróleo en otros 411.000 barriles en julio, a pesar de las objeciones de Rusia. Esto marca el tercer mes consecutivo de aumentos de producción, que han provocado que los precios del petróleo cayeran a un mínimo de cuatro años en abril, cayendo por debajo de los 60 dólares por barril.