Bruselas está cambiando su política de gasto para redirigir decenas de miles de millones de euros a defensa y seguridad en respuesta a la guerra de Rusia en Ucrania y al regreso de Donald Trump a la Casa Blanca.
Los cambios podrían afectar a unos 392.000 millones de euros asignados a los llamados fondos de cohesión hasta 2027. Si bien estos fondos no se pueden gastar directamente en equipo militar, la nueva iniciativa permitirá a los estados miembros invertir en las llamadas «tecnologías de doble uso», como drones, y mejoras de infraestructura, incluidas carreteras y puentes, que mejorarán la movilidad de las tropas.
Esta cuestión es especialmente relevante para Alemania, que es el principal centro de tránsito de Europa pero necesita una renovación significativa de la infraestructura. Según las estimaciones del Ministerio de Economía alemán, se necesitan unos 165.000 millones de euros. Este país debería recibir 39.000 millones de euros en fondos de cohesión para 2027.
Los mayores beneficiarios de los fondos de cohesión, como Polonia, Italia y España, han utilizado hasta ahora solo alrededor del 5% de los fondos asignados.