La congelación de precios revierte un proceso de liberalización del mercado del gas defendido durante mucho tiempo por el FMI. Al presentarse mientras el FMI está llevando a cabo una revisión remota de Ucrania, se espera que esta medida retrase cualquier acuerdo sobre un nuevo tramo. Timothy Ash escribe desde Londres: «[No] puedo ver al FMI comprando esto … Creo que las viejas élites corruptas de Ucrania están usando una vez más la tarjeta de precios de la gasolina para arruinar el programa del FMI».