Según el Instituto para el Estudio de la Guerra, el Kremlin ha adoptado recientemente varias medidas destinadas a reducir el gasto público destinado a tratar a los militares rusos heridos, combatir la inflación y resolver problemas demográficos a largo plazo, como la baja tasa de natalidad y la escasez de mano de obra.
«Esta política demuestra que la economía rusa no es tan resistente a las sanciones occidentales, las restricciones monetarias y el gasto militar como el gobierno ruso intenta hacerla parecer. Esta política también demuestra que el Kremlin no será capaz de sostener una guerra prolongada durante años y al mismo tiempo proteger a la sociedad rusa de los desafíos económicos. El constante apoyo occidental e internacional a la resistencia de Ucrania en el campo de batalla exacerbará aún más los problemas económicos de Rusia», creen los analistas del ISW.
Putin también ha reducido la compensación prometida a los militares rusos heridos durante los combates en Ucrania, una clara indicación de que el Kremlin está tratando de reducir los crecientes costes de la guerra a corto y largo plazo y restablecer el equilibrio de la economía rusa.