Hungría ha rechazado la propuesta de la UE de establecer un fondo de 100.000 millones de euros para apoyar a Ucrania, argumentando que respaldar dicha iniciativa equivaldría a «financiar una guerra». Esta declaración fue realizada por un asesor del primer ministro húngaro, Balázs Orbán. Según él, la financiación priorizaría los intereses europeos, socavaría la competitividad de Europa, debilitaría la seguridad fronteriza y desviaría recursos de los ciudadanos, las familias y las comunidades locales. Orbán también afirmó que Ucrania ha solicitado aproximadamente un billón de euros y advirtió que el fondo propuesto sería solo el comienzo.
Mientras tanto, el presidente polaco, Andrzej Duda, criticó tanto a los aliados como a Ucrania por la ayuda militar entregada a través del aeropuerto de Rzeszów. Destacó la importancia estratégica de la infraestructura del este de Polonia, en particular el aeropuerto de Rzeszów-Jasionka, que sirve como principal centro logístico para la ayuda a Ucrania.
«Los ucranianos y nuestros aliados creen que el aeropuerto de Rzeszów y nuestras carreteras supuestamente les pertenecen. Pero esto es nuestro. Por lo tanto, si a alguien no le gusta, lo cerramos y nos despedimos. Hacemos reparaciones. Y entregamos a Ucrania por mar, por aire, en paracaídas, en conjunto, si creen que no nos necesitan», dijo Duda.