Attila Holoda, ex director de la empresa húngara de petróleo y gas MOL, señaló: «Hungría se ha convertido en un centro comercial para el gas ruso. Mientras Europa se aleja de las fuentes de energía rusas, Hungría se mueve en la dirección opuesta».
En octubre, el ministro de Asuntos Exteriores del país, Péter Szijjártó, anunció que Hungría aumentaría sus importaciones anuales de gas de Rusia en más de dos mil millones de metros cúbicos por año. En virtud de un contrato de gas a largo plazo firmado en 2021, Hungría ya compra 4.500 millones de metros cúbicos de gas a Gazprom por año.
«Todas las instalaciones de almacenamiento de Hungría están casi llenas y la seguridad energética del país no justifica compras adicionales», dice Holoda.
La demanda de gas del país es de unos 8.300 millones de metros cúbicos por año, pero el año pasado pasaron por el país 17.000 millones de metros cúbicos, lo que confirma su creciente papel de tránsito. De este modo, Hungría se ha convertido en un centro regional de gas, lo que le da al gobierno húngaro una ventaja y una influencia sobre los países vecinos.