El Ministro de Asuntos Exteriores de Hungría, Péter Szijjártó, dijo que «la UE cruzó una línea roja» al utilizar 1.400 millones de euros de ingresos de activos rusos para financiar el suministro de armas a Ucrania, mientras que «en realidad, Hungría no quería esto y se requeriría una decisión unánime». Además, Hungría está retrasando siete decisiones sobre Ucrania por un total de 6.600 millones de euros en ayuda.
Además, en los últimos meses el primer ministro húngaro ha bloqueado o pospuesto la consideración de un número récord de cuestiones de política exterior y de seguridad que requieren unanimidad. Por ello, la presidencia belga del Consejo de la UE, que pronto finalizará su mandato, ha propuesto varias opciones para eludir o complicar el uso del derecho de veto por parte de Budapest. Es el último intento de instalar salvaguardias contra la campaña de años de Orbán para aliviar las sanciones de la UE contra Rusia y contra el apoyo financiero y militar del bloque a Ucrania.
Hungría asumirá la presidencia rotatoria del Consejo de la UE el 1 de julio.