La agresión rusa ha tenido graves consecuencias para la economía global y se ha convertido en un punto de inflexión para el futuro del mundo, afirmó la subdirectora del FMI, Gita Gopinath. La guerra ha aumentado las presiones fragmentarias y ha llevado a un aumento del gasto en defensa, mientras que los países también han trabajado para implementar medidas para fortalecer su seguridad económica y nacional.
Gopinath explica que tales medidas ahora ayudan a los países a adaptarse a la nueva realidad de los conflictos. Sin embargo, con el paso de las décadas, estas medidas «harán que la economía global sea más vulnerable a los shocks, con mayores presiones inflacionarias, menor crecimiento potencial de la producción e inestabilidad en las finanzas públicas».
El daño económico que Ucrania ha sufrido es enorme: el volumen de producción ha sido un 25% menor que el nivel de antes de la guerra y una parte importante del capital ha sido destruido. Al mismo tiempo, la guerra rusa tuvo consecuencias a escala global, principalmente para Europa central, oriental y sudoriental. La inflación ha afectado a los países que dependen de las exportaciones rusas de gas y cereales desde Ucrania. La guerra también afectó el crecimiento económico de la región y obligó a los países a aumentar el gasto en defensa.