Los aliados europeos, que luchan por producir suficientes armas para el esfuerzo bélico de Kyiv, están adoptando un nuevo enfoque: dar dinero a los ucranianos para que lo hagan ellos mismos.
Con este nuevo enfoque, los europeos están financiando contratos gubernamentales con fabricantes de armas ucranianos, incluida la producción de misiles y drones capaces de atacar territorio ruso. Kyiv dice a sus aliados con qué empresas trabajar y qué armas comprar, y los funcionarios europeos pueden examinar a los fabricantes antes de aceptar acuerdos.
Los defensores de este enfoque argumentan que las empresas de defensa ucranianas pueden producir muchos sistemas más rápido y más barato que los proveedores occidentales. Las empresas ucranianas también están adaptando el equipo a las necesidades siempre cambiantes del frente, al tiempo que fortalecen su industria de defensa para el futuro, liberando la capacidad europea para construir sus propios arsenales de armas.
El llamado modelo danés está atrayendo cada vez más atención e interés de otros países: Noruega, Suecia, Lituania, Alemania, los Países Bajos. Dinamarca ya ha comprometido unos 680 millones de dólares al complejo militar-industrial de Ucrania.