La reciente decisión de la UE de asignar 440 millones de dólares a Ucrania para apoyar su industria de defensa indica un cambio radical en la estrategia del bloque para abordar la guerra contra Rusia.
Uno de los diplomáticos de la UE señaló: «Europa se da cuenta de que no puede producir las armas que necesita Ucrania, y la forma más fácil de cubrir el déficit es que los ucranianos lo hagan ellos mismos».
El German Marshall Fund cree que la inversión en la industria militar ucraniana «garantiza una mayor flexibilidad» y «ofrece un mayor potencial a corto plazo». Sin embargo, no sustituirá el suministro de armas fabricadas en Occidente. En un sentido más amplio, se trata de la integración gradual de Ucrania en las cadenas de suministro de la industria de defensa occidental.
Como se ha comentado anteriormente, los beneficios extraordinarios de los activos rusos congelados se utilizarán para desarrollar la industria de defensa de Ucrania, además de los 190 millones de dólares proporcionados por el gobierno danés. Los fondos se destinarán a la producción de misiles, drones y otras armas de largo alcance.
Francia, Gran Bretaña, Italia y Alemania también han anunciado un aumento de sus inversiones en la industria de defensa ucraniana, así como Estonia, que está interesada en comprar misiles de largo alcance de fabricación ucraniana.