Actualmente, la atención de Estados Unidos también se ve demandada en otras regiones que requieren un compromiso diplomático, como señaló la portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce, el 1 de mayo.
El secretario de Estado, Marco Rubio, junto con el asesor de seguridad nacional de Trump, sugirió que la administración estadounidense podría desviar su atención de la guerra en Ucrania debido a problemas globales más urgentes, en particular las ambiciones nucleares de China e Irán. Según Rubio, la guerra de la Federación Rusa contra Ucrania carece de una resolución militar.
«Llega un momento en que el presidente debe decidir cuánto tiempo más dedicar a esto, al más alto nivel de nuestro gobierno, cuando hay tantos asuntos aún más urgentes en todo el mundo», comentó.
El vicepresidente estadounidense, J. D. Vance, por su parte, cree que la guerra ruso-ucraniana no terminará pronto. A pesar de ello, se mantiene optimista sobre las perspectivas de negociaciones entre Ucrania y Rusia. Vance enfatizó que Estados Unidos pretende hacer todo lo posible para garantizar que estas negociaciones se lleven a cabo.