Según el FT, los funcionarios occidentales quieren entregar fondos a Kyiv antes de fin de año, sabiendo que si Donald Trump gana las elecciones estadounidenses en noviembre, la ayuda de Washington a Ucrania está en peligro.
Recientemente se había esperado que la contribución de Estados Unidos fuera menor de lo planeado inicialmente debido a que la UE no garantizó que los activos rusos permanecerían congelados durante al menos tres años. Sin embargo, el 18 de octubre los funcionarios estadounidenses dijeron a sus homólogos del G7 que Washington proporcionará casi 20.000 millones de dólares.
Dijeron que esto es posible incluso si la UE no logra convencer al primer ministro húngaro Viktor Orbán de que levante su veto a la extensión de las sanciones de la UE. Esta es una condición en la que Washington ha estado insistiendo.
Los ministros de finanzas del G7, que se reunirán en Washington el 25 de octubre al margen de las reuniones del FMI y el Banco Mundial, deben establecer la distribución y la estructura del préstamo. Estados Unidos todavía está consultando con miembros del Congreso y funcionarios ucranianos sobre el reembolso del préstamo.