En agosto, el índice de expectativas de actividad empresarial calculado por el Banco Nacional fue de 48,4 en comparación con 44,4 en julio. La adaptación gradual a los cortes eléctricos permanentes y el establecimiento de fuentes de energía alternativas, la financiación presupuestaria para la restauración de infraestructuras y la construcción de carreteras, la demanda interna estable y el suministro suficiente de bienes, el funcionamiento estable del corredor marítimo y el factor estacional incidieron positivamente en las expectativas empresariales en todos los sectores.
Sin embargo, el deterioro de la situación de seguridad, el aumento de los bombardeos a las instalaciones energéticas y sus necesidades de recuperación a largo plazo, la disminución de las expectativas cambiarias, el aumento de los costos empresariales de mano de obra y energía y la escasez de personal siguieron siendo factores disuasorios. Las empresas de construcción brindaron evaluaciones positivas de su desempeño económico: el índice sectorial en agosto fue de 50,7 en comparación con 49,6 en julio. En el comercio, el índice subió a 50,4 desde 44,7 en julio.
En la industria, el índice fue de 48,6 frente a 45,8, y en el sector servicios, de 46,5 frente a 42,5. Las empresas de todos los sectores prevén un aumento más moderado de los precios de sus productos y servicios.