Según el Instituto de Economía Mundial de Kyiv, «Ucrania atraviesa un período de incertidumbre en cuanto al apoyo de sus aliados occidentales. La llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos o la aplicación de nuevos esquemas de préstamos, como la utilización de los activos rusos congelados o las contribuciones de la OTAN en lugar de la ayuda europea, podrían debilitar gravemente a Ucrania».
En verano de este año, las contribuciones de ayuda aumentaron en comparación con la primavera, principalmente gracias a la macrofinanciación destinada a estabilizar la economía del país. Ucrania recibió unos 14.600 millones de euros en ayuda durante julio y agosto. Si los socios occidentales de Ucrania mantienen sus esfuerzos actuales, la ayuda total del próximo año superará los 100.000 millones de euros, de los cuales casi 59.000 millones serán ayuda militar y 54.000 millones de euros financieros.
Sin embargo, sin nuevos paquetes de ayuda estadounidenses, la ayuda militar podría reducirse a unos 34.000 millones de euros y la financiera a 46.000 millones de euros. Si los donantes europeos también reducen la ayuda, la ayuda militar podría reducirse a 29.000 millones de euros y la financiera a 27.000 millones de euros. Así, la ayuda total podría caer un 50%, a aproximadamente 55.000 millones de euros, lo que será fundamental para sostener la economía y las operaciones militares de Ucrania.