El sector de fusiones y adquisiciones en 2022 se ha convertido en un desastre, según un estudio de la Escuela de Economía de Kiev (KSE). A principios de 2022 estaban previstos 39 acuerdos de este tipo. En 33 casos, los compradores fueron empresas ucranianas y 35 transacciones relacionadas con activos ucranianos. En 30 casos, los acuerdos fueron completamente internos: entidades jurídicas ucranianas compraron empresas ucranianas.
Prácticamente no hubo inversión extranjera en el mercado. El valor medio de estas operaciones fue de 1,29 millones de euros, un 96% menos que las cifras del período 2000-2014, con un tamaño medio de operación de 33 millones de euros.
Tras la invasión, los activos ucranianos fueron adquiridos por los siguientes países: Chipre, Alemania, Hong Kong y Países Bajos. Además, en otros cuatro casos las empresas ucranianas compraron objetos en el extranjero: dos en Chipre y dos en Gran Bretaña.
«A pesar de la situación actual, esperamos un auge de la actividad de fusiones y adquisiciones después de la guerra. Los inversores ahora pueden beneficiarse de acuerdos baratos, porque el valor medio ha caído bruscamente a 1,2 millones de euros», comentó KSE.