Según Andriy Pyshnyy, director del Banco Nacional de Ucrania, la inflación alcanzó su punto máximo como se esperaba en mayo y comenzó a disminuir en junio, alcanzando el 14,3% interanual. Al mismo tiempo, fue mayor de lo previsto, principalmente debido al impacto negativo de las condiciones meteorológicas en la cosecha y el suministro de alimentos. En contraste, la desaceleración de la inflación subyacente al 12,1% fue algo más rápida de lo esperado.
La tendencia de la inflación en los próximos meses dependerá en gran medida de cómo las condiciones meteorológicas afecten la oferta y los precios de los productos agrícolas. Según estimaciones preliminares del NBU, la inflación general podría aumentar ligeramente en julio, mientras que la inflación subyacente continúa disminuyendo. Pyshnyy afirma que se espera que la inflación siga una trayectoria de desaceleración constante en los próximos meses.
Sin embargo, considerando las importantes pérdidas causadas por la guerra, la continua repercusión del aumento de los costes empresariales en los precios, el empeoramiento de las perspectivas para las cosechas y los efectos del debilitamiento de la grivna frente al euro, el Banco Nacional de la República (BNU) ha revisado su previsión de inflación para reflejar una caída más lenta. La previsión ahora proyecta una desaceleración de la inflación al 9,7% en 2025 (frente al 8,7% anterior), al 6,6% en 2026 (frente al 5%) y que alcance el objetivo del 5% en 2027.