El Departamento del Tesoro de EE. UU. y el Departamento de Estado han pedido en secreto a los bancos estadounidenses más grandes, incluidos JPMorgan y Citigroup, que no rechacen la cooperación con ciertas empresas rusas estratégicas, escribe Bloomberg. De esta forma, la dirigencia del país busca minimizar las consecuencias adversas del régimen de sanciones y evitar una «catástrofe económica global» directamente sancionado.