La NBU señala que la inflación a principios de 2023 se está desacelerando más rápido de lo esperado, pero sigue siendo alta. En febrero, descendió hasta el 24,9% interanual. Al mismo tiempo, se observa que la duración e intensidad de las hostilidades y la subsiguiente destrucción de infraestructura crítica siguen siendo riesgos significativos para la dinámica inflacionaria. El Banco Nacional también indicó la relevancia de los riesgos: necesidades presupuestarias adicionales, déficit cuasifiscales significativos en el sector energético, complicaciones o terminación del corredor de granos y flexibilización prematura de la política monetaria por parte de los principales bancos centrales. La NBU también enfatizó que un requisito previo esencial para garantizar la estabilidad macrofinanciera es la entrada rítmica de financiamiento internacional, incluso en el marco del nuevo programa esperado con el FMI.