Según la NBU, la detonación de la central hidroeléctrica Kakhovka en Rusia tendrá varias consecuencias económicas, incluidos daños a la agricultura, un aumento en los costos de producción y logística, y una reducción en la producción de las empresas individuales de la industria alimentaria.
En 2023, estas consecuencias provocaron una contribución negativa de hasta 0,2 puntos porcentuales al crecimiento del PIB real, agregaron hasta 0,3 puntos porcentuales a la inflación al consumidor y aumentaron el déficit en el comercio de bienes en $400 millones, señaló la NBU. En el mediano plazo, las pérdidas se sentirán principalmente por el impacto en los cultivos.
Además de los efectos económicos, el Banco Nacional también analizó las consecuencias ecológicas del ataque terrorista, que incluyen inundación y drenaje de territorios, descenso de los niveles freáticos y en las cuencas de los ríos cercanos, destrucción del ecosistema, riesgos epidemiológicos, cambio climático, la contaminación de la costa del Mar Negro y los territorios adyacentes, y la muerte de plantas y animales.