Desde 2022, los países europeos han proporcionado asilo a más de seis millones de refugiados ucranianos, lo que ha tenido un gran impacto en la economía de la UE. Aunque el 90% de los migrantes forzosos son mujeres con hijos, personas mayores y personas con discapacidades físicas, esta migración no resultó en una crisis económica. Durante el primer año de la guerra en Polonia, los beneficios económicos del país superaron los gastos de ayuda en un 400%.
Los expertos señalan que en dos años la economía polaca no sólo se benefició de los refugiados ucranianos sino que también se volvió dependiente. En particular, los inmigrantes han registrado más de 15.000 empresas grandes y pequeñas en Polonia. Y el 93% de los ucranianos sanos en 2023 estaban empleados oficialmente y pagaban impuestos regularmente al presupuesto polaco. En términos monetarios, estos pagos directos e indirectos ascienden a alrededor de 15.000 a 20.000 millones de PLN (entre 4.000 y 5.000 millones de dólares) al año, o alrededor del 1% del PIB del país.