El 17 de junio, Rusia llevó a cabo un brutal ataque aéreo contra infraestructura civil en Kyiv, Odesa y otras ocho zonas. Se produjeron daños en edificios de apartamentos, residencias estudiantiles y jardines de infancia, con un edificio residencial en Kyiv parcialmente destruido, y 1.148 hogares sin electricidad. La infraestructura de transporte en Kyiv, incluyendo las instalaciones ferroviarias y los vagones de grano, sufrió daños. 27 personas murieron, incluido un ciudadano estadounidense, y alrededor de 150 resultaron heridas.
El ataque afectó a la productora de ropa Fahrenheit y al fabricante Danaya, junto con la planta de metales no ferrosos de Zaporizhia y la oficina y el almacén de la marca The Lace. La empresa Harchi Food fue destruida. Esa noche, el enemigo desplegó 440 drones y 32 misiles.
Tras el ataque, el presidente Zelenski declaró: «Estos ataques son terrorismo, y el mundo entero, en particular Estados Unidos y Europa, debe responder como una sociedad civilizada responde a los terroristas».
CNN señaló que los mayores ataques con drones contra Ucrania, con entre 300 y 400 drones por noche, han ocurrido en las últimas cuatro semanas. Las defensas aéreas ucranianas interceptan alrededor del 80% de los drones, pero al menos 154 civiles, incluidos niños, han muerto a causa de drones, misiles y artillería durante este período, y otros 900 han resultado heridos.