Kyiv se ha convertido en rehén de la lucha por el acuerdo presupuestario de 2025 entre los tres partidos del disfuncional gobierno de coalición de Alemania. Como escribe el Financial Times , Alemania reducirá la ayuda a Ucrania de 7.500 millones de euros este año a 4.000 millones de euros el próximo año y a 500 millones de euros en 2027. Sin embargo, el Canciller Olaf Scholz insiste en que Alemania seguirá siendo el mayor partidario de Ucrania en Europa.
Dice que, en cambio, Berlín proporcionará ayuda militar a través de un préstamo planificado de 50.000 millones de dólares acordado por los líderes del G7. Sin embargo, como señala la publicación, el argumento de Scholz es una maniobra de distracción. Este préstamo es técnicamente difícil de implementar y todavía es un rehén potencial de objeciones políticas.
Además, 50.000 millones de dólares son potencialmente insuficientes, ya que deben cubrir el déficit presupuestario de Ucrania y la compra de armas. En lugar de apoyo, la posición de Scholz es una invitación a otros líderes del G7 a recortar la ayuda a Kyiv. Peor aún, es una señal de fatiga para Vladimir Putin, quien apuesta a que la determinación de Occidente se debilitará.