Analistas de ISW creen que Rusia podría aprovechar el aumento de los precios del petróleo tras los ataques israelíes contra Irán para sostener un conflicto prolongado en Ucrania. Los ingresos por petróleo y gas representan alrededor del 30% del presupuesto ruso y desempeñan un papel crucial en la financiación de sus actividades. Por lo tanto, si los precios del petróleo se mantienen altos, por ejemplo, por encima de los 60 dólares por barril, Rusia podría afrontar con mayor eficacia sus dificultades económicas para financiar una guerra prolongada en Ucrania.
Irak ha indicado que la confrontación entre Irán e Israel podría provocar un aumento de los precios del petróleo a 200-300 dólares por barril, ya que posibles ataques contra las instalaciones petroleras iraníes podrían reducir el 90% de las exportaciones iraníes. El precio del petróleo ruso de los Urales en rublos ya ha subido casi un 15% en pocos días.
Además, la participación de Rusia en las negociaciones para la solución de Oriente Medio podría ser un intento de Putin de desviar la atención mundial de la guerra en Ucrania.
Por otro lado, los ataques israelíes contra Irán podrían tener consecuencias positivas para Ucrania, ya que es muy probable que Irán ya no pueda suministrar misiles balísticos a Rusia o que reduzca drásticamente el volumen de dichos suministros. No obstante, si el conflicto en Oriente Medio persiste, el coste de las armas en el mercado internacional, en particular los sistemas de defensa aérea, cruciales para Ucrania, podría aumentar. Por lo tanto, sería más ventajoso para Kyiv que ambas partes alcanzaran un acuerdo de paz.