En julio, la actividad empresarial de las empresas industriales rusas cayó al ritmo más rápido en más de dos años: el índice PMI de S&P Global cayó a 47 desde 47,5 en junio. A pesar de los importantes pedidos militares, la producción industrial se ha desacelerado durante varios trimestres.
También se informa que, en los últimos meses, los bancos de los Emiratos Árabes Unidos han comenzado a cerrar cuentas de empresas rusas, que suman más de 4.000 en el país, y han aumentado el escrutinio sobre el cumplimiento de las sanciones.
Además, Kazajistán y Turquía están explorando opciones para exportar petróleo kazajo, evitando Rusia a través del oleoducto Bakú-Tiflis-Ceyhan (BTC).
Además, el gobierno indio, uno de los mayores compradores de petróleo ruso, habría solicitado a las refinerías estatales que evalúen fuentes alternativas de suministro en caso de que cesen las importaciones de petróleo de Rusia. Las cuatro refinerías estatales de la India, que gestionan el 60% de la capacidad total de refinación del país, no han realizado nuevos pedidos de crudo ruso en una semana.
Si bien las autoridades indias niegan haber cambiado su política de compra de petróleo ruso, el presidente estadounidense, Donald Trump, afirma que India dejará de comprar materias primas rusas para alcanzar un acuerdo comercial con Estados Unidos. En apoyo a esta afirmación, la mayor petrolera estatal de la India, Indian Oil, ha comprado cinco millones de barriles de petróleo a Estados Unidos y dos millones de barriles a los Emiratos Árabes Unidos, ante la creciente presión de Washington.