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Armas estadounidenses ya se dirigen a Ucrania, pero no todos los miembros de la UE y la OTAN participarán en la compra de armas.

Soldiers stand during training of Ukrainian soldiers on the “Patriot” anti-aircraft missile system, at an undisclosed location, in Germany.

Soldiers stand during Ukrainian President Volodymyr Zelenskiy's visit to a military training area to find out about the training of Ukrainian soldiers on the “Patriot” anti-aircraft missile system, at an undisclosed location, in Germany.

Los primeros misiles Patriot, parte del paquete de ayuda anunciado por Estados Unidos, ya están en camino a Ucrania desde Alemania, según declaró el presidente estadounidense, Donald Trump, en la Base Conjunta Andrews en Maryland. Aseguró que no habrá ningún coste financiero para Estados Unidos, ya que los países de la UE y los miembros de la OTAN cubrirán el coste de la ayuda militar.

La mayoría de las armas financiadas por la OTAN para Ucrania en virtud del nuevo acuerdo se encuentran almacenadas o se han producido recientemente, por lo que están listas para su envío inmediato, incluyendo los sistemas de defensa aérea Patriot, misiles y municiones.

El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, afirmó que al menos ocho países miembros de la OTAN están dispuestos a comprar armas: Alemania ofrece dos sistemas Patriot y Noruega, un tercero. Un país está dispuesto a suministrar 17 sistemas Patriot (probablemente lanzadores, no sistemas completos). Cada batería Patriot cuesta alrededor de mil millones de dólares, y los misiles interceptores, aproximadamente 3,7 millones de dólares cada uno. Dinamarca, Países Bajos y Suecia también se sumarán a la iniciativa de Trump.

Sin embargo, el primer ministro checo, Petr Fiala, anunció que su país no participará, alegando que se centrará en otros proyectos, como el suministro de municiones a Ucrania. Esta postura podría cambiar, ya que el candidato prorruso, Andrej Babis, ha declarado que detendrá los planes del gobierno actual de comprar municiones si se convierte en primer ministro. Francia e Italia declinaron participar, alegando el aumento del gasto en defensa y la falta de fondos.

 

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