Se prevé un cambio hacia un gran número de instalaciones de generación pequeñas distribuidas porque a Rusia le resultará difícil y costoso disparar misiles contra cientos de pequeñas centrales eléctricas, según el jefe del Comité de Energía, Andrii Gerus.
«Ya se está trabajando para cambiar ligeramente la arquitectura de la red eléctrica para que tengamos una gran cantidad de puntos de generación pequeños, distribuidos y descentralizados que estén más cerca del usuario final. Cuando tengamos cientos de pequeñas centrales eléctricas que se ubicarán cerca consumidores, zonas donde hay un consumo importante de electricidad, entonces será prácticamente imposible, o al menos muy caro, disparar misiles contra objetos pequeños», añadió Gerus.
Según él, se está trabajando en esta dirección. Actualmente se están instalando muchas plantas de energía solar y de gas, principalmente en las ciudades.
El jefe de la comisión de energía está convencido de que «la nueva configuración contribuirá tanto a la flexibilidad del sistema eléctrico como a su fiabilidad para suministrar electricidad a los consumidores finales».